El niño de 8 a 10 años
A partir de los ocho años, los niños/as entran en la etapa de las operaciones concretas. Los niños avanzan hacia niveles de razonamiento progresivamente, más complejos, intentando encontrar una explicación lógica a lo que ocurre.
Ya no les sirve cualquier argumento para resolver sus preguntas o dudas. Esta etapa se caracteriza por un pensamiento lógico, cuyos principios más importantes son: la identidad
(un objeto sigue siendo el mismo aunque modifiquemos alguna de sus características), la reversibilidad y reciprocidad( les permite dar vuelta a la operaciones y entender que los diferentes problemas que se les plantean pueden solucionarse compensando de alguna manera lo sucedido).
Al principio, todavía se valen de referentes concretos (utilizar los dedos para contar,...), pero pronto prescinden de estas ayudas y desarrollan su capacidad de abstracción. Se da un rápido desarrollo de su capacidad para pensar.
Son capaces de integrar diferentes informaciones o pensar en varias cosas al mismo tiempo. A medida que aumentan sus conocimientos, aumentan también sus habilidades para entender mejor todo lo que les rodea.
Hasta los nueve años, se encuentran el Estadio de la Heteronomía , es decir, las normas les vienen de fuera, no las crean ellos, si no que son impuestas por los adultos. Consideran que las reglas son sagradas e inamovibles. En este sentido es importante que contribuyan en la construcción de dichas normas, explicándoles el por qué y para qué.
En la vida escolar atraviesan por un momento óptimo de cara a potenciar su capacidad para la lectura y su interés por las ciencias, las matemáticas y el conocimiento de ellos mismos, de los demás y el mundo que les rodea. Por todo ello, es importante que aprendan la importancia de los valores internos. Los valores reflejan la personalidad de los individuos y son la expresión del tono moral, cultural, intelectual, afectivo y social marcado por la familia, la escuela y la sociedad. Por eso es necesario que adquieran unas normas de comportamiento que les sirvan de referencia.
Además:
· Necesitan contar con la aceptación y aprobación de los iguales; no les gusta estar solos.
· Disfrutan sintiéndose importantes y útiles. Les encantan las actividades grupales y excursiones.
· Les gusta vestir, hablar y actuar como los compañeros; necesitan sentir su grupo.
· Necesitan libertad para visitar solos a sus amigos.
· Les gusta participar en los planes y actividades familiares.
· Necesitan la satisfacción de emprender las cosas y terminarlas.
· Necesitan estar seguros del apoyo y comprensión de sus padres.